Resumen

Un par de hermanos se ven obligados a cambiar de ciudad justo antes de navidades, ella una friki amante del yaoi, el un gay timido que no termina de entender los gustos de su hermana. Pero gracias a ella entrara en un nuevo circulo de amistades donde creen que el es igual de friki que el resto.

Capitulo 1 - Coincidencias

jueves, 19 de noviembre de 2009 en 11:32
Aun no podía creerme que en una sola semana en la ciudad su hermana ya hubiera localizado donde abastecer su frikismo. Y ahí estaba yo plantado delante de una estantería llena de cómics chinos “Japoneses, Nando, son Japoneses” eso le decía siempre su hermana y se lo sabia de memoria pero ¿había alguna diferencia, entre chinos y japoneses? si los dos tenían los ojos iguales.

El caso es que se acercaba la navidad y este año en vez de complicarse buscando tontamente algo que regalarle a su hermana ella le había propuesto ir conmigo y darle varias cosas a elegir para que el le regalara, aunque con esos nombres lo mas seguro es que se acabara equivocando, el año pasado había sido distinto había ido con una de sus amigas, Elena o Yukino como se había auto bautizado ella, que le dijo exactamente que comprarle. Pero este año todo era diferente la ciudad, el instituto, los amigos, ahora inexistentes.

Mi padre había sido trasladado por motivos laborales y habíamos hecho la mudanza en plena víspera de navidad, a penas habían terminado los exámenes, ya estábamos de mudanza. Con suerte habíamos conseguido matricularnos en nuestros nuevos institutos, Ángela, mi hermana, en el de arte y yo en uno que afortunadamente quedaba al lado de nuestro nuevo piso para seguir con mi ciclo de Informática Aunque Ángela no se veía especialmente afectada con todo esto.

“La nueva ciudad tiene una asociación Otaku, e incluso hacen un salón del manga allí” había dicho muy feliz. Pero a mi eso le traía sin cuidado y aunque mi hermana me había intentado enganchar en varias ocasiones a mi seguía sin llamarme la atención.

“Pues seguro que te gustaría, hay un genero gay, se llama Yaoi, las historias son preciosas” A buena hora le había dicho a mi hermana que era gay, pero era eso o dejar que ella siguiera intentando hacer de celestina conmigo y la mitad de sus amigas.

– ¡Mira Nando, Yaoi! – Grito de repente Ángela sacándome de mis cavilaciones – En Vigo era muy difícil de encontrar, pero aquí hay varios

– Ángela por dios, céntrate, dime que quieres que te compre y vámonos de una vez – Ya me estaba empezando a cansar de verla revolotear de un lado a otro de la tienda, mientras la dependienta nos miraba como si fuéramos a llevarnos algo bajo los abrigos.

– Ya te dije yo que era gay, si son todos gays, lo que faltan son heteros, yo me voy a poner pene un día de estos – Escuche de pronto que decía una chica desde la entrada de la tienda.

– Andrea lo que tienes que hacer es volverte lesbiana – Le respondió un chico, mientras yo me volvía echar un vistazo a los nuevos clientes, que resultaron ser un chico de unos veinte y dos chicas de su misma edad, la tal Andrea bajita con el pelo rojizo recogido en dos coletas altas y un flequillo que casi le tapaba los ojos y la otra un poco mas alta con un peinado que parecía sacado de la moda japonesa que tanto le gustaba a mi hermana, con mechas multicolores y el flequillo en la cara de esos que llevan los emos. No es que yo fuera un entendido en modas pero después de una tarde escuchando a mi hermana era imposible no saber lo mínimo como para distinguir entre un Visual y un emo, así que según las “enseñanzas” de mi hermana supe que la chica era definitivamente Visual. El chico era alto, de complexión delgada pero sin ser un escuálido, blanquísimo de piel y el pelo negro lo que hacia un contraste perfecto con sus bonitos ojos azules, y unos labios preciosos y carnosos de esos que te entran ganas de morder.

– Que va Pedro, yo cada día me doy mas cuenta de que soy un gay encerrado en un cuerpo de mujer, me pondré pene para poder ligar con gays – Respondió de nuevo la chica. – Hola Ana, ¿te ha llegado ya el yaoi que te pedí? – Le dijo a la dependienta.

– No, aun no, pero el jueves me llega un pedido, quizás venga en ese – Le respondió la tal Ana, perro guardián para mi. – Pero tengo Bronze, Fake y Zetsuai – Añadió.

– Que va, ya me los he leído – Dijo volviéndose hacia la estantería desde donde yo los miraba como fascinado, esa tal Andrea desde luego no se cortaba un pelo.

– Yo no he leído Bronze ¿Qué tal esta? – Dijo de pronto Pedro moviendo lentamente esos labios tan apetecibles que yo no podía parar de mirar.

– Bueno... Demasiado rebuscado, a mi no me gusto mucho

– Te recuerdo que te saltaste 2 tomos y te lo leíste en el orden que te dio la gana – Dijo la chica “visual” que hasta entonces no había abierto la boca.

– Si, bueno tampoco tenía mucho que perderme, una violación por aquí, otra por allí, ahora soy gay, ahora no soy gay…

– Perdona, es que te he escuchado ahora y estaba pensando comprarme algún yaoi, ¿tu cual me recomendarías? – Le dijo de pronto mi hermana a la tal Andrea, dejándome a mi de piedra, ya la había visto hacer cosas así antes, en el sentido de que era muy abierta y hablaba con todo el mundo, según ella lo hacia por que sabia que entre Frikis se comprendían y no se que tontería mas, el caso es que siempre andaba haciendo amigos nuevos, así que quizás llevara lago de razón.

– ¿Qué tenemos aquí? Una nueva lectora de yaoi, ¿ves Ana? Te dije que me hicieras caso, el yaoi vende – Respondió alegremente Andrea girándose hacia la dependienta – Pues veras, así para empezar te recomiendo alguna historia corta de tomo único ¿pero tu cuantos años tienes? A ver si estoy aquí pervirtiendo mentes menores – Le dijo a mi hermana riéndose.

– Como si eso te importara, es mas creo que es tu deporte favorito – Dijo de pronto Pedro a carcajadas, con una sonrisa preciosa apartándose el pelo de la cara, en un giro de cabeza.

– Hablo, el que se ligo a un chavalito inocente de quince años en el pasado salón del manga – Respondió abiertamente – Pobre chico, y tú ahí pidiéndole fotos con la excusa del cosplay –

¿Chavalito? ¿Había dicho chavalito? ¿Resultaba que el chico ese guapísimo de labios apetecibles era gay?

– Te recuerdo que la idea de revelar la foto y llevársela al día siguiente fue tuya, y si no recuerdo mal fuiste tu quien apunto mi numero de móvil detrás de la foto – Respondió con cara de fingida indignación, el chico ¿gay? de labios apetecibles.

Yo ya me había perdido de la conversación hasta que Andrea se giro hacia mi y me miro con unos ojos tan abiertos que lo mas seguro es que me hubiera sonrojado, no me gustaba ser observado, yo pertenecía a la llamada clase borrego, según mi hermana, un chico normal y corriente que no buscaba llamar la atención.

– ¿Tu que dices? ¿La culpa es mía o de el? después de todo fue el quien acabo detrás del escenario con el quinceañero – Dijo hablándome a mi directamente.

– ¿Cómo? – Acerté a responder sorprendido.

– Por dios Andrea, ¿quieres dejar de contar mis intimidades? Pobre chico tiene cara de asustado, tranquilo no muerdo ni ataco a los heteros ni nada – Dijo el con cara sonriente.

– No, si el no es hetero – Respondió mi hermana casi sin darme tiempo a mi a asimilar lo que acaba de decir.

– ¡ANGELA! – Le grite, seguramente colorado como un tomate, a la idiota de mi hermana mientras ella me miraba con cara de no haber roto un plato.

– ¿Qué? Ni que fuera mentira – Dijo ella con cara de indignación.

– ¿Ves? otro gay, me voy a poner pene – Dijo de pronto Andrea mientras se echaba encima de Pedro fingiendo un llanto ahogado al tiempo que este la abrazaba acariciándole el pelo.

– Tranquila, tranquila ya te buscaremos un hetero – Dijo consolándola.

Ella se separo de pronto y se giro hacia mi hermana – ¿Ángela, no? ¿Cuántos años tienes entonces? Te voy a recomendar un par de buenos mangas – dijo volviéndose hacia las estanterías – Por cierto yo soy Andrea, el es Pedro y ella es Marina – Añadió señalando a los demás.

Después de los obligados besos de presentación, mi hermana se volvió y me presento a los demás con un simple – El es Nando, mi hermano – antes de volver a enfrascarse en su conversación con Andrea. – Pues tengo 17 pero vaya no creo que me asuste fácilmente, tú recomiéndame cosas interesantes – decía con cara de salida.

– ¿Y vosotros sois nuevos por aquí? Lo digo por que esta es la única tienda de cómics de la ciudad y al menos de vista nos conocemos todos – Me dijo Marina.

– Si, nos acabamos de mudar, somos de Vigo

– ¡Hostia gallegos! Que lindos – no se que tenia de “lindo” ser gallego según la loca esa aunque tampoco es que me interesara mucho.

– Vaya fechas para una mudanza, justo antes de las navidades, seguro que te han jodido el plan con tu novio – Dijo Pedro ¿eso era un intento de sacarme si tenia novio? En cualquier caso, yo no gastaba de eso, de hecho hacia poco que había “salido del armario” de manera parcial, porque en casa solo lo sabia mi hermana y en Vigo solo se lo dije a una amiga, poco antes marcharnos.

– Mas bien me han fastidiado las fiestas, aquí no conocemos a nadie y acabaremos el día treinta y uno viendo la gala de la primera, o jugando al singstar con mis padres, sinceramente no se que es peor

– El singstar, claramente, al menos en la gala salen tíos buenos con poca ropa haciendo de bailarines y animadores – Dijo Pedro con una sonrisa picara.

– Tu siempre pensando en lo mismo – Añadió Marina

– Cómo si fuera el único, ¿Qué me dices de Andrea?

– Desde luego, entre tú y Andrea os lleváis la palma – Dijo Marina mirando a Andrea de reojo.

– Bueno pero a lo que iba que me pierdo – Y girando la cabeza hacia a mí con una sonrisa perfecta me dijo – ¿Por qué no te vienes con nosotros? No tenemos plan pero eso es lo divertido las cosas nos surgen sobre la marcha

– Pero no nos conocemos de nada – Respondí sorprendido y acalorado.

– Eso es lo de menos, sabemos lo justo y lo necesario, tú eres gay, yo soy bi, Marina todavía no sabe lo que es –

– Oye que yo estoy muy segura de que soy hetero – Dijo ella indignada – ¿Y tu desde cuando eres bi? – continuo tras una pausa.

– Ya me has chafado mi plan de quedar totalmente moderno y chic, ahora lo que se lleva es ser bi, todo le mundo es bi, en cuanto a tu heterosexualidad……– volviéndose me dijo en un susurro, que podía oír Ella perfectamente añadió – Ella cuando va borracha se lía con la primera tía que ve, los borrachos no mienten

– Ya he repetido mil veces, que fue por el alcohol, a mi me gustan los tíos

– Vale, vale ¿Por donde iba? A si, yo gay, tu gay, Marina… – Se lo pensó mirándola seriamente – Es Marina – dijo al fin – Y Andrea, ya las oído, un gay en un cuerpo de mujer, todos somos frikis, ¿Qué mas quieres? – Un momento, ¿me había incluido en el todos?, vale que estaba en una tienda de cómics, pero era solo como acompañante a mi no me gustaba el manga, ni flipaba como mi hermana con la vida en Japón. Pensé en aclararle ese punto, pero bueno tampoco era algo importante, si el pensaba que era Friki, tampoco era el fin del mundo.

– ¿Qué pasa? – Dijo Andrea acercándose de nuevo donde estábamos nosotros seguida de mi hermana.

– No, que le decía a Nando, que se apuntara a nuestras fiestas navideñas –

– ¿Qué fiestas?

– Pues la que surja – Termino riendo ampliamente.

– Claro que si, y tu también Ángela, espera os daré mi Messenger – Dijo sacando una libreta y un bolígrafo – Dadme el vuestro también

– Bueno puedes apuntarlo pero a decir verdad no tendremos línea telefónica y por tanto Internet hasta dentro de unas semanas – Dije sonrojándome – Pero puedes apuntar nuestros móviles

– Claro – Dijo sacando el móvil – Tomo nota

Después de darnos todos nuestros respectivos números y salir de la tienda, mi hermana un poco mas cargada, por las compras que le había recomendado Andrea. Nos despedimos y nos fuimos cada uno por nuestro camino.

Aquella tarde resulto de lo mas monótona paseando por las calles del centro con mi hermana para las respectivas compras navideñas, hasta que oscureció del todo, cerraron las tiendas y tuvimos que volver a casa.

– Oye no esta nada mal Pedro verdad – Dijo mi hermana entrando en mi dormitorio después de cenar, interrumpiendo mi lectura.

– ¿Cómo dices? – Dije intentando hacerme el loco

– Venga ya, no te hagas de rogar, he visto como el mirabas y el chico esta de muerte

– Si bueno, no esta nada mal

– Pues siento decirte que me ha dicho Andrea que te advierta

– ¿Qué me adviertas de que?

– Te repito, palabras textuales, “dile a tu hermano que tenga cuidado con Pedro, yo lo quiero mucho y es un cielo, pero es distinto con sus ligues, digamos que es un poco puta”. Y te juro que fue eso lo que me dijo – Terminó diciendo, mientras yo me quedaba con cara de idiota.

– Bueno tampoco es que se vaya a lanzar a por mi, después de todo, yo no soy gran cosa y seguro que el es un chico con mucho éxito – Dije intentando creerme realmente lo que decía, e intentando no recordar lo mucho que me había afectado su sonrisa esa tarde.

– Venga ya Nando, que si fueras hetero y no fueras mi hermano… – Dijo con cara de salida, solía decirme esas cosas a menudo para levantarme el ánimo, pero esta vez no le iba a servir de mucho.

– Además tampoco creo que lo vuelva a ver pronto

– ¿Por qué no? Si ha dicho que llamarían lo harán

– Siempre eres tan confiada y positiva… – dije sonriéndole, no podía evitarlo me gustaba esa parte de la personalidad alegre de mi hermana. – ¿Cómo lo consigues?

– Es el Otaku-ZEN, el buen Feng shui Friki corre por mis venas – Dijo con pose meditativa con los pulgares y los índice de ambas manos formando sendos círculos – ohmmmmm

– Estas loca – Dije sin poder para de reír, cuando empezó a sonar una japonesada que supuse venia del móvil de Ángy, como solía llamarla yo cuando no estaba enfadado.

Ella salto de mi cama y fue corriendo a su habitación, justo al lado de la mía, al segundo volvió corriendo móvil en mano.

– Es Andrea, dice que si nos apuntamos al cine esta noche, te lo dije, sabia que llamarían – Dijo mirando la pantalla del móvil – ¿Te apuntas?

– ¿Cómo que si me apunto? ¿Tú vas? – Dije sorprendido

– Claro ¿o ves mas divertido quedarte aquí tirado en la cama?

– Bueno – me lo pensé un par de segundos hasta que por fin le respondí – vale, solo espero que no sea una película de esas frikis que tu ves

– No creo, ahora no hay nada Friki en cartelera

– Entonces me apunto

– Perfecto, voy a llamarla

Se sentó en la cama pulsando el botón de llamada y espero que le contestaran.

– Hola – Y se quedo callada escuchando la respuesta

– Claro, claro

– ¿A que hora?

– ¿Eso no esta lejos? – ¿Lejos? ¿Dónde pretendían ir?

– Si Nando, pero dudo que nos dejen coger el coche – ¿Cómo? ¿Coche? Le di una palmadita a mi hermana en el hombro intentando llamar su atención, aquello sonaba extraño.

– Un segundo Andrea – Dijo separando el teléfono – ¿Qué te pasa?

– ¿De que hablas de coger el coche? ¿Donde vamos? – Dije al fin

– Es que la película que quieren ver no esta en el cine del centro tenemos que ir al del dentro comercial y habría que ir en coche – Sonó algo a través del teléfono móvil y mi hermana volvió a acercárselo al oído.

– Si, un momento – Dijo pulsando algunas teclas y dejando el móvil en manos libres sobre la cama.

– Nando, Vamos a ver la última de 007, ¿Te apuntas verdad? – Bueno, no era de mis géneros de cine favorito, pero al menos no quedaría en casa – Vendrá Pedro – Dijo ella antes de que me diera tiempo a responder.

– ¿Qué tiene eso que ver? – Dije molesto

– Nada, nada, ¿Vienes o no? – dijo con tono de complicidad

– Si, claro me apunto, ¿donde quedamos? – No se si era buena idea eso de juntar a mi hermana con Andrea, a saber que podía salir de ahí.

– Ya se lo dije a Ángy, os paso a recoger entro de una hora os doy un toque y bajáis –

– Vale – Dijo mi hermana felizmente – ¿Seguro que sabes donde es el piso? –

– Si, si, no te preocupes, mi academia de pintura esta justo enfrente – Respondió feliz – Bueno nos vemos en una hora – Dijo justo antes de colgar.

– Ahora solo tenemos que decírselo a papa y mama – Dijo Ángy bajándose de mi cama.

– Seguro que no les emociona le idea.

– No seas negativo Nando, recuerda Otaku-ZEN, ommmm – termino cerrando los ojos y saliendo de mi habitación.

– ¡Nando! – Ya tardaba, era mi madre llamándome desde la cocina

– Voy, voy – Esta vez no se si funcionaria el Feng shui ese de mi hermana, nada mas entrar en la cocina lo primero que vi fue a mi hermana de brazos cruzados y cara de mosqueo – ¿Que pasa?

– ¿Que es eso de que vais al cine, con unos chicos que no conocéis de nada?

– Bueno, es que los conocimos esta tarde…

– No, mama yo ya los conocía de antes, pero nunca me escuchas, te lo dije que conocía gente de aquí por Internet – Respondió mi hermana sin dejarme terminar, la mire sorprendido y ella me fulmino con una mirada de “Cállate y sígueme la corriente o te mato”

– Si, bueno Ángy ya los conocía – dije siguiéndole el rollo

– Pero que vais en coche y todo ¿Por que no podéis ir al cine del centro? – Respondió mi madre dejando de lado la mentira, que no estaba muy seguro si había creído o no – Y aunque Ángy los conozca es solo de Internet, al menos podíais ir en nuestro coche.

– Casi prefiero que vayan con alguien que conoce la ciudad – Dijo de pronto mi padre entrando por primera vez en la conversación.

– Gracias por tu confianza papá – Dije molesto.

– No es eso Nando, es que apenas hace un mes que tienes el carnet, no conoces la zona y además es de noche, mira Esther, yo no veo tan mal que salgan, además de haberlos arrastrado asta aquí no vamos a tenerlos aquí metidos todo el día – Termino de decir mi padre.

– Eso mama, ¿no pretenderás que estemos aquí metidos todas las navidades? – Dijo mi hermana esperanzada

– Vale, pero llamad si tenéis algún problema o si queréis que vayamos a buscaros.

– Claro mama – Dijo finalmente mi hermana dándole un beso en la mejilla a mi madre.

De nuevo mi hermana se salía con la suya, al final me iba a tener que meter al Feng shui ese de mi hermana, ahora solo quedaba ver que tal iba la noche de cine con nuestros “nuevos amigos”.

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